Pero no hace falta ser profeta para conocer lo que pasará en el momento que la montaña se llene de gente una vez que las condiciones dejen de tener durezas bárbaras. De hecho cada vez habrá más personajes con alto poder adquisitivo que irán desplazando lo autóctono de otros tiempos.
Está pasando en las grandes ciudades. Se están llenando de Fondos Buitres y franquicias hosteleras que acosan a inquilinos y propietarios. Son grupos económicos del Régimen de difícil acceso que iniciaron hace algunas décadas la gran revolución de sustituir trabajadores por maquinaria.
Aunque no lo creáis, más tarde que temprano empezaréis a ser sustituidos. En el momento que una franquicia se establezca en Chistau avalada por la firma de tu propio banco, los chistavinos se verán obligados a emigrar para convertir el valle en un parque temático.
Discutirás que eres de derechas o de izquierdas, pero mientras discutes con tu gente si eres lo uno o lo otro, tu banco habrá traspasado propiedades y sus recursos a personas que ni conoces, que son así de simple los prestamistas de tu propio banco.
Mientras en la montaña el trabajo sea duro y la economía de nivel familiar, estarás a salvo. Pero si viajas por ejemplo a Torremolinos te parecerá bonito con sus calles principales llenas de franquicias que se han cargado un montón de economías familiares con la ayuda de los bancos.
Estás viendo lo mismo que llegará al valle cuando la montaña genere suculentos beneficios. Como con los invernaderos almerienses, que la tierra era de sus propietarios y ahora sus propietarios son gente desconocida dentro de los fondos buitres que operan dentro de tu banco porque el dinero bancario que te presta es suyo y tú no lo quieres saber.
Allá donde llegan las franquicias prometen mucho trabajo para ser aceptados en el medio donde van a contratar más bien esclavos, que irán siendo sustituidos con el tiempo por la más moderna maquinaria.
Te sentarás en la mesa de un restaurante al lado de un aparato con aspecto de móvil donde puedes pedir todo lo que deseas comer y beber. Los pocos esclavos de la cocina pondrán en una bandeja tu pedido, marcarán el número de la mesa donde estás sentado y la barra móvil te lo llevará.
Es el mismo sistema operativo que se ven en muchos vídeos de alta cocina asiática. Tu propio cocinero haciéndote la comida justo donde estás sentado. Y aunque no lo creas se forran mientras disfrutas con cara de lelo cómo te hace de comer un menú muy caro ahorrándose un dineral en camareros.
¿Sabéis qué?. Espero que las vacas del Valle se vuelvan zombis y devoren a los banqueros y sus puñeteros bancos.
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