martes, 31 de enero de 2023

5. El rey Moreras confrontó con su hija Puya. La princesa de Chistén. Pirineos Valle de Chistau

5. El rey Moreras confrontó con su hija. Puya, la princesa de Chistén 

A la hora de la comida, el rey Moreras tuvo una confrontación con los deseos de su hija de quitarse de encima las niñeras y la escuadra de Perera que la protegía desde que era una bebé.

Puya le exigió ser tratada como una princesa adulta. Solo la acompañarían por petición personal y desde ese mismo momento únicamente las personas de su elección y confianza.

El rey de Chistén estupefacto por la fuerza contundente de las decisiones de su hija, cedió a sus exigencias mostrando lo mucho que la adoraba.                                                                    
Tras las decisiones tomadas, todos se sentaron en las mesas dispuestas en torno a la del rey, siempre protegido por los mandos de la guardia real y sus principales asesores militares, empezó a correr el vino a la salud de la princesa Puya.                                                                                                                              
Aquel era un salón grande con largas mesas y bancos construidos a partir de troncos de árboles bien trabajados por expertos carpinteros.                                                                                             
En la Villa de Chistén la mayoría de las construcciones sólidas estaban hechas con granito. Sin embargo los tejados eran de madera preparadas y juntadas por buenísimos maestros carpinteros chistabinos.

Mostró sin embargo su profundo desagrado por la persecución ultra protectora de la multitud por culpa de las niñeras, especialmente de Lucía que permanecía muda desde que la princesa la mandó callar si no quería que le cortaran la lengua y las orejas.

Sin embargo, Moreras dio muestras afectivas de agradecimiento por tanta estima que el pueblo chistabino mostró por la protección de la princesa, y estaba seguro que la gente de la villa de Chistén la defenderían con su vida.

En la piedra como en la madera estaban cuidadosamente tallados episodios históricos de la historia del valle, incluso en retablos que colgaban de las paredes del edificio construido de puro granito de la cantera del desfiladero de Sarabiyo.

El granito de Sarabiyo era una roca de color claro procedente de un magma que no llegó a salir a la superficie.

Eran piedras sedimentarias formadas en ambientes marinos durante el Paleozoico, convertidas en rocas metamórficas tras un periodo de intensa presión a alta temperatura en el interior de la Tierra.

Para los palacios del rey, las rocas fueron bien dispuestas, moldeadas por expertos maestros picapedreros que eligieron con mimo la esencia de las piedras para la construcción de los arquitectos.

5. El rey Moreras confrontó con su hija Puya. La princesa de Chistén




4. La prueba de amor de la princesa. Puya, la princesa de Chistén. Pirineos Valle de Chistau

4. La prueba de amor de la princesa a su amado Blas. Puya, la princesa de Chistén

Puya observaba a Blas descargar su carreta en las despensas de Chistén. Lo siguió con la mirada esperando que la carreta regresara vacía de vuelta a Planchistau tirada por los mulos. 

Fue cuando se escabulló y escapó de las niñeras que la cuidaban y de todo el séquito que la protegía. 

Los gritos de Lucía, la cuidadora jefa, al notar la desaparición de la princesa se oyeron tan fuerte, que enseguida se pensó que había sido secuestrada. 

Pero la vieron correr entre la multitud  saltando obstáculos, subirse a un terraplén y saltar dentro de una carreta que salía de Chistén camino del llano.

La carreta de Blas bajaba por la empinada ruta y a eso de un kilómetro, se percató que había alguien mirándole.

Detuvo los mulos y apartó las cajas para descubrir la hermosa tez de la princesa Puya ante la cual se arrodilló en señal de respeto sin saber qué hacer. 

Puya bajó de la carreta ayudada por el cortés Blas y se aprovechó de su posición para exigirle un sitio donde verse con él cuando ella quisiera sin que nadie los viera ni se enteraran. 

El pobre Blas no se creía aquella propuesta pero enseguida ella lo hizo arrodillar y le volvió a exigir un lugar para verse.

El incrédulo Blas pensando que era una broma, pensó en un sitio solitario para satisfacer la voluntad de la princesa.

En el entanto ella le exigía que se diese prisa porque se le iban a echar encima Lucía, sus niñeras y el resto de la soldadesca, que bajaban por el camino como una jauría enfurecida. 

Blas le dijo el nombre del pequeño puente de piedra, el Puen de Pescadors, que cruza sobre el río Cinquēta, está a cien metros de la desembocadura en el mar Intermedio y es un lugar solitario donde no va nadie.

Dicho esto, ella lo besó suavemente como si el tiempo se detuviera y lo dejó sorprendido y hipnotizado.

Puya solo reaccionó cuando oyó los gritos del gentío cerca de la próxima curva. Blas recibió un pequeño latigazo con una vara para que reaccionara, se subiese a la carreta y azuzara a los mulos rápido antes de que lo vieran.

La muchedumbre bajaba por el camino gritando cuando Blas ya iba lejos de aquella curva. Puya echó a caminar hacia arriba justo cuando la gente que la perseguía doblaban la curva y se le echaba encima.

Histérica, gritó como una loca a toda aquella gente para que abrieran paso. La muchedumbre se detuvo sorprendida abriendo paso. 

Lucía, la niñera jefa, se propuso echarle una reprimenda cuando la princesa pasaba por su lado. Puya gritó a Perera, que comandaba los soldados. 

Perera, un fiero guerrero al mando de aquella escuadra, prestó absoluta atención a la orden que la princesa le daba.

La oyó con total disciplina dando su primera orden: “Si ésta desgraciada vuelve a dirigirse a mí sin arrodillarse y sin mi consentimiento, corten su lengua y las orejas para que no pueda hablar ni oír”.

Perera miró a sus soldados y señaló a algunos que de inmediato rodearon a Lucía amenazando con cumplir al pie de la letra la orden dada por la princesa.

 Lucía calló al suelo de rodillas temblando asustada, guardando silencio para no perder la lengua y las orejas.

Puya entonces caminó hacia Chistén seguida en silencio por toda aquella multitud distanciada no menos de cuatro metros sin ser molestada.

4. La prueba de amor de la princesa Puya a su amado Blas









3. La trama de Petris, madre de la princesa Puya de Chistén. Pirineos Valle de Chistau

3. La trama de Petris, madre de la princesa Puya de Chistén 

La diosa guerrera Tanit más conocida como Alvira, hizo que la princesa se sintiera atraída por aquel joven de Planchistau.

Puya esperó pacientemente durante meses la recolecta de materias primas, cuando en el camino se formaba una interminable caravana de bueyes, caballos, mulos y carretas para aprovisionar las despensas y silos dentro de Chistén.

No sabía que su madre, Petris, la diosa regente de la Tierra, vio lo que pretendía Tanit Alvira haciendo que su hija se enamorara de un vulgar sirviente. 

Fue en busca de Tritón, el dios de las profundidades marinas, hijo de Poseidón y Anfítrite, para cambiar el curso de los acontecimientos. 

Tritón, un dios con torso humano y cola de pez parecido a una sirena oyó atentamente lo que Petris tramaba y consiguió de ella un acuerdo satisfactorio. 

Tritón, armado con su tridente, acarició con su mano su caracola, y su brillo produjo en Petris una gozosa satisfacción.

Escucharía aquel sonido como de una trompeta, sonido terrible, parecido al rugir de las bestias, con el que Tritón controlaba las marejadas del mar.

Petris fue también donde Ataecina, la diosa de la noche y de la luna que mata, que encontró sentada en una atalaya de un monte rodeada de cabras. 

La diosa infernal, señora de la muerte, se sintió ofendida ante la visita de Petris, pero escuchó lo que tramaba y sonrió con tanta maldad, que provocó escalofríos a la misma diosa regente de la Tierra. 

Ataecina sacó un espejo cerrado que contenía un embrujo terrible. Absorbería a la primera persona que se asomara a admirar su imagen.

Debería permanecer cerrado para no tener la tentación de mirarse. 



La trama de Petris, madre de la princesa Puya de Chistén


lunes, 30 de enero de 2023

2. Los guerreros chistabinos. Puya, la princesa de Chistén. Pirineos Valle de Chistau



2. Los guerreros chistabinos. Puya, la princesa de Chistén 

El rey Moreras gobernaba su territorio con mano dura y fama de guerrero cruel e implacable. 

En el llano, al pie del cerro Puyadase, estaban las aldeas de Sanchuan y Planchistau, cuyas ricas llanuras a orillas del Mar Intermedio producían excelentes cosechas de cereales, para los chistabinos y para el ganado.

Cada temporada criaban las mejores cabañas de vacuno y bovino cuya carne también exportaban a través del puerto de Sanchuán, en embarcaciones llegadas de otros reinos lejanos.

Moreras, era el dueño y señor de todo, del territorio y de sus gentes, y imponía su ley sobre cualquier atisbo de rebeldía castigando con la más dolorosa de las muertes.  

Su hija Puya era la imagen viva de su madre, Petris, la diosa guerrera Andera que todos veneraban. 

Puya tenía dieciocho años cuando se enamoró de un chico de Planchistau. Lo veía los largos días de caravanas que subía desde el llano conduciendo una carreta de provisiones hasta los silos y las despensas de la aldea. 

La gente del campo recorrían el angosto camino aprovisionando Chistén y a su dueño y señor, con mulos, caballos y carretas cargadas hasta los topes, haciendo acopio durante la temporada, aproximadamente cada trimestre. 

Comerciantes de todo tipo atracaban sus barcos en el puerto de Sanchuán vendiendo y comprando mercancías que los ávidos chistabinos transportaban yendo y viniendo desde los silos y almacenes cercanos a las dársenas.

Cuando acababa la recolección, los chistabinos celebraban danzas que se prolongaban hasta el amanecer. 

Rendían culto en las noches de luna llena a Noctiluca, diosa de la luz nocturna, dando gracias por las riquezas. 

Los chistabinos eran además guerreros eficaces con gran valor de lobos. Como en el trabajo en la guerra, y como lobos servían a su rey demostrando su fuerza y su valor.

Los más destacados guerreros se juramentaban a servirle en la vida como en la muerte. 

Ansiaban cabalgar con él en las rutas de este mundo y del otro mundo, en un sacrificio permanente de lealtad a sí mismos, a la comunidad y al reino. 

Una vez que eran solidurios (solidarios, soldados, mercenarios) se adherían a causas o intereses ajenos en momentos difíciles a través de su fraternidad místico guerrera.

Se juramentaban ante diosas como Ataecina, diosa de la noche y de la luna que mata, señora del inframundo, que también era diosa de la primavera, la fertilidad y la naturaleza.

Y de Neton, dios de la guerra, ante cuya imagen adornada con rayos pronunciaban grandes juramentos, por ser justo, perfecto e incorruptible.

La piel de lobo era el mayor distintivo de los guerreros chistabinos.

2. Los guerreros chistabinos, fieles e incorruptibles al servicio del rey Moreras






domingo, 29 de enero de 2023

Introducción 1. Puya, la princesa de Chistén. Pirineos Valle de Chistau

Introducción 1. La princesa de Chistén 

 En este cuento os quiero hablar del hermoso y alto pueblo de Chistén, situado en una atalaya del Valle de Chistau que lo coloca como el más alto del lugar.

Eran pues tiempos muy viejos que las aldeas de la costa se construían en colinas o cerros en altitud que se amurallaban para defensa en caso de invasión.

Los pobladores de Chistau eran íberos del Pirineo, descendientes pues de la princesa Pyrene, que murió ardiendo en el bosque por el fuego que provocó Gerión, un monstruo antropomorfo formado por tres cuerpos, tres cabezas y sus extremidades, procedente de la isla Eriteia, en el archipiélago de las Gadeiras (Cádiz).

Pyrene era la hija más hermosa de Tubal, señor de aquellas tierras. Ella era la señora de las aguas que vivía en la inmensidad del bosque que Hércules atravesó cuando se dirigía a efectuar uno de sus doce trabajos. 

Estos bosques frondosos ocupaban lo largo y ancho del Valle de Chistau y se extendía por kilómetros en una apacible llanura frente al mar rodeada de suaves colinas y algunas montañas de considerable altitud.

Hércules atravesaba el frondoso bosque de Chistau cuando se dirigía a Eriteia, precisamente para robarle el ganado al mismísimo Gerión, cuya hermosa cabaña guardaba el ingente Eurition y su perro Ortro.

Fue entonces cuando Hércules enamoró a Pyrene, y más tarde que temprano, de la misma forma que se enamoró, se aburrió de ella y abandonó a la princesa para continuar su camino. 

La belleza de Pyrene también había llegado a oídos de Gerión que salió a su encuentro para tomarla, siendo rechazado. Gerión entonces prendió fuego al bosque, que ardió envuelto en llamas.

Hércules se enteró y volvió en busca de Pyrene, encontrando su cuerpo sin vida entre las cenizas del incendio. 

Destrozado, Hércules acumuló tantas piedras sobre su tumba que dió origen a los Pirineos.

Pyrene había nacido a orillas del río Cinqueta, cuyo cauce atravesaba estas tierras con estos frondosos bosques hasta la desembocadura en el mar Intermedio. 

Justo el mismo lugar donde nació Puya, la hija del rey Moreras, señor de Chistén, la rica aldea que reinaba sobre el Valle de Chistau.

La aldea estaba construida sobre una atalaya en la ladera del cerro Puyadase. La princesa era hija de Petris, más conocida como Andera, la diosa de la Tierra.

Creció muy fuerte a pesar de que la madre la abandonó siendo una niña. Fue criada a expensas del padre por los altivos pobladores de Chistén.

Y pronto la belleza de Puya despertó el furor de la madre, que no podía soportar que un simple mortal se enamorase de la imagen viva de una diosa. 

Petris buscó ayuda en otros dioses al fin de castigar a su propia hija. Quería provocar un gran terremoto que hiciese crecer las montañas y encerrase para siempre aquel hermoso valle, impidiendo su acceso al mar. 

Una vez que las aguas del Mar Intermedio fueran expulsadas, las cumbres envolverían y cerrarían aquella tierra tan rica. 

Su hija y todos sus habitantes nunca podrían escapar de aquella cárcel, ni en cincuenta años ni en cincuenta siglos. 



Vacunología aplicada Chistavina

Durante la pandemia de los últimos años, he podido observar hasta qué punto la enfermería en los centros de salud padecen un retraso conside...